Jordi Pere Cerdà y la palabra recossirar: una atención al territorio y a todos los que habitan

dibujo de Jordi Pere Cerdà, pseudónimo de Antoni Cayrol, poeta, dramaturgo y escritor.

Es curioso cómo las palabras pueden abrirnos nuevas veredas, cómo pueden traernos de repente otras narrativas en las que cobijarse, otros nombres fuera de esos propios y conocidos árboles genealógicos de escritores y referentes, hechos poco a poco, libro a libro, con calma y vínculos en común. A raíz de la anterior publicación, donde compartía cosirar, una de mis palabras favoritas que sale en el libro de Almáciga, se puso en contacto conmigo por redes sociales Josep Marqués, para descubrirme la palabra recossirar y a un escritor, poeta y dramaturgo que hasta hace unos días, tristemente no conocía: Jordi Pere Cerdà, pseudónimo de Antoni Cayrol, un autor de la parte francesa de la Cerdaña. En sus obras hay multitud de vínculos con los márgenes, la lengua, el medio rural y sus habitantes.

Googleo su nombre y miro sus fotografías y sus dibujos. Leo algunos poemas suyos en catalán. Me emociono descubriendo esta nueva ventana que me abre Josep, pero a la vez siento tristeza, también un poco de rabia. Qué pena llegar tan tarde. Apenas encuentro noticias en castellano sobre él, y subrayo estas palabras de Xavier Theros en El País a modo de necrológica tres días después de su muerte.

«La poesía de Jordi Pere Cerdà toma como tema principal los problemas sociales y lingüísticos de su tierra natal. Sus paisajes son los de la montaña pirenaica, los del Rossellò y la Alta Cerdanya, elaborados como representaciones de un estado de ánimo. Sus personajes son los aldeanos y la gente del campo con la que convivió hasta los 40 años, cuya voz recogió en su narrativa con un idioma llano y plagado de localismos. Una poética construida de naturaleza y de conflictos soterrados.»

Jordi Pere Cerdà en el huerto de la familia.

La vida cotidiana de sus montañas, la memoria, la lucha, el exilio, los saberes y relaciones del campesinado, la lengua, la frontera… todos estos caminos surgen ahora gracias al texto que me manda Josep Marqués alrededor de la palabra recossirar y la obra y vida de Jordi Pere Cerdà. A continuación, os comparto el texto Recossirar de Josep Marqués en castellano y en catalán. Josep es profesor de lengua y cultura francesas en la Universidad de Zaragoza. A medio camino entre el francés y el catalán, ha dado clases e investigado en la Université de Picardie Jules Verne (Amiens), la Universitat de Perpinyà y la Universitat Jaume I (Castelló de la Plana). Su investigación está relacionada con los estudios literarios y culturales, especialmente con la geocrítica aplicada al espacio francófono y a la literatura catalana contemporánea.

Postal de la vila de Sallagosa. Se puede apreciar El ‘Café Planes’, lugar que frecuentaba Jordi Pere Cerdà.

Recossirar

La palabra ‘recossirar’ tiene varios significados, como se puede comprobar en el Diccionari català-valencià-balear (https://dcvb.iec.cat/), un diccionario que, a pesar de no ser normativo, recoge todos los significados de esta palabra, así como de otras muchas palabras genuinas de cada parte del territorio de la lengua catalana.

La palabra ‘recossirar’ llegó a mí estudiando la obra literaria de Jordi Pere Cerdà (1920 – 2011), cuando a finales de 2015 empecé a preparar la tesis doctoral sobre este autor de Sallagosa, municipio pirenaico situado en la Alta Cerdaña (la parte francesa de la comarca).

Pero la aproximación a la palabra no fue solo escrita sino sobre todo oralizada y teatralizada. Contratado como doctorando en la Universitat de Perpinyà, en aquel momento vivía en la Cataluña del Norte, cosa que me permitió adentrarme en uno de los hábitats naturales de la palabra. Un día una amiga me comentó que buscaban personas para jugar una pieza teatral de Jordi Pere Cerdà, el autor que yo trataba en la tesis. Pensé que la experiencia de actuar sería una manera mucho más integral y vivencial de introducirme en el análisis de la obra teatral, y así fue. Se trataba de la obra El dia neix per a tothom, y estuvimos preparándola y actuando en Cataluña del Norte y el País Valenciano durante varios meses, en los que no paré de sentir la palabra ‘recossirar’ en boca de los personajes que interpretaban mis compañeros. Es así como desde entonces se me quedó grabada, pero sin haberme dado cuenta hasta hace muy poco, justo cuando oí que María Sánchez, en su Almáciga, se refería a su prima hermana ‘cosirar’ (que aparece en catalán como ‘consirar’ o ‘considerar’).

Inspirada en el teatro de situación de Jean-Paul Sartre, la obra se sitúa en agosto de 1943 (durante la 2ª Guerra Mundial), en una pastoral Alta Cerdaña donde la vida se escurre bajo la ocupación nazi del territorio francés. Los quehaceres diarios afligen al personaje de Baldiri (viejo campesino cerdano) por la ausencia de su hijo, hecho prisionero por los alemanes. Sus sombras y esperanzas se entrecruzan con las del personaje de Peret, refugiado republicano español, que llega a la Cerdaña francesa tratando de dejar atrás una vida llena de vejaciones y penurias, entre las cuales se encuentra la muerte de su mujer, sindicalista comprometida contra el golpe militar de Franco. Pero la memoria de lucha y exilio se empeña en perseguirle al otro lado de la frontera, cuando su hija Raquel y su hijo Frederic se sienten llamados a cooperar clandestinamente con el maquis organizado contra el ocupante nazi.

En este cruce histórico de destinos situado en la rural y transfronteriza Cerdaña, surge la respuesta comprometida de unas personas que se encuentran en una situación límite, obligadas a resistir contra el ocupante para poder sobrevivir y continuar adelante. El mismo Jordi Pere Cerdà, pseudónimo de Antoni Cayrol, hizo de pasador clandestino a través de la frontera cerdana de numerosas personas anónimas que escapaban del terror nazi. Tal y como hizo la población ante la represión, Cerdà dio voz a personajes como el de Baldiri, ese pastor que ‘recossirava’ a una de sus vacas porque se había perdido, es decir, iba a buscarla, a verla, para ver cómo estaba. Desde los márgenes, y a pesar de todas las dificultades, consiguieron labrarse entre todos una vida posible, y una vida mejor.

Esta atención a los otros pide, pues, una atención a nuestro territorio, no solo a las personas sino a todos los agentes que participan y viven en él. Y entre éstos, los animales y los vegetales ocupan un lugar destacado en la atención literaria prestada por un autor, Jordi Pere Cerdà, que supo retratar las dificultades de su comarca pirenaica y rural en un contexto de control, cierre, pobreza y opresión extremas de los habitantes, donde practicar o incluso imaginar un tipo de vida diferente al estipulado era casi una quimera (como también se retrata en una de sus obras más destacadas, Quatre dones i el sol).

Mi experiencia con la palabra ‘recossirar’ me implica, pues, en una experiencia personal vivida a través de la lectura y la ficción teatrales que nos permitió esparcir las semillas de una palabra norcatalana en desuso; y, con ella, me liga a la memoria de los habitantes de un territorio que supo resistir ante la dureza de su pasado reciente.

Recossirar:

‘Reconocer, mirar atentamente una cosa para comprobar su estado’.

‘Rebuscar, procurar ahincadamente encontrar a alguien o algo’.

‘Darse cuenta que una persona o cosa no está; echarla de menos’.

‘Recordarse, tener conciencia de una cosa, pensar en ello’.

Estos cuatro significados que aparecen en el diccionario sobre ‘recossirar’ sintetizan bien la experiencia literaria y vital que nos ha legado Jordi Pere Cerdà. Una palabra que, en formato y en espíritu, es vecina de enfrente de la aragonesa (y también del occitano antiguo) ‘cos(s)irar’.

(Re)cosirémonos nosotros también, pues.

*todas las imágenes pertenecen al archivo familiar de la familia Cayrol.

*También de interés, este perfil de Jordi Pere Cerdà escrito por Josep Marquès en La Directa.

***

La paraula ‘recossirar’ té diversos significats, com es pot comprovar al Diccionari català-valencià-balear(https://dcvb.iec.cat/), un diccionari que, tot i no ser normatiu, recull tots els significats d’aquesta paraula, així com de moltes altres de genuïnes de cada part del territori de la llengua catalana.

La paraula ‘recossirar’ va arribar a mi estudiant l’obra literària de Jordi Pere Cerdà (1920 – 2011), quan a finals de 2015 vaig començar a preparar la tesi doctoral sobre aquest autor de Sallagosa, municipi pirinenc situat a l’Alta Cerdanya (part francesa de la comarca).

Però l’aproximació a la paraula no va ser només escrita sinó sobretot oralitzada i teatralitzada. Contractat com a doctorand a la Universitat Perpinyà, en aquell moment vivia a la Catalunya del Nord, cosa que em va permetre endinsar-me en un dels hàbitats naturals d’aquest mot. Un dia una amiga em va comentar que buscaven persones per jugar una peça de teatre de Jordi Pere Cerdà, l’autor que jo tractava a la tesi. Vaig pensar que l’experiència d’actuar seria una manera molt més integral i vivencial d’introduir-me en l’anàlisi de l’obra teatral, i així va ser. Es tractava de l’obra El dia neix per a tothom, i vam estar preparant-la i actuant a Catalunya del Nord i el País Valencià durant diversos mesos, en els quals no vaig parar de sentir la paraula ‘recossirar’ en boca dels personatges que interpretaven els meus companys. És així com des de llavors se’m quedà gravada, però sense haver-me’n adonat fins fa ben poc, just quan vaig sentir que María Sánchez es referia, en la seua Almáciga, a una cosina germana seua, ‘cosirar’ (que apareix en català com a ‘consirar’ o ‘considerar’).

Inspirada en el teatre de situació de Jean-Paul Sartre, l’obra se situa a l’agost de 1943 (durant la 2a Guerra Mundial), en una pastoral Alta Cerdanya on la vida s’escola sota l’ocupació nazi del territori francès. Els quefers diaris afligeixen el personatge de Baldiri (vell pagès cerdà) per l’absència del seu fill, fet presoner pels alemanys. Les seues ombres i esperances s’entrecreuen amb les del personatge de Peret, refugiat republicà espanyol, que arriba a la Cerdanya francesa tractant de deixar enrere una vida plena de vexacions i penúries, entre les quals es compta la mort de la seua dona, sindicalista compromesa contra el colp militar de Franco. Però la memòria de lluita i exili s’entesta a perseguir-lo a l’altre costat de la frontera, quan la seua filla Raquel i el seu fill Frederic se senten cridats a cooperar clandestinament amb el maquis organitzat contra l’ocupant nazi.

En aquesta cruïlla històrica de destins situada a la rural i transfronterera Cerdanya, sorgeix la resposta compromesa d’unes persones que es troben en una situació límit, obligades a resistir contra l’ocupant per a poder sobreviure i continuar endavant. El mateix Jordi Pere Cerdà, pseudònim d’Antoni Cayrol, va fer de passador clandestí a través de la frontera cerdana de nombroses persones anònimes que escapaven del terror nazi. Tal com féu la població davant la repressió, Cerdà donà veu a personatges com el de Baldiri, aqueix pastor que recossirava una de les seues vaques perquè s’havia perdut, és a dir, anava a cercar-la, a trobar-la, per a veure com estava. Des dels marges, i malgrat totes les dificultats, van aconseguir llaurar-se entre tots una vida possible, i una vida millor.

Aquesta atenció als altres demana, doncs, una atenció al nostre territori, no només a les persones sinó a tots els agents que hi participen i hi viuen. I entre aquests, els éssers animals i vegetals ocupen una plaça destacada en l’atenció literària prestada per un autor, Jordi Pere Cerdà, que sabé retratar les dificultats de la seua comarca pirinenca i rural en un context de control, tancament, pobresa i opressió extremes dels habitants, on practicar o fins i tot imaginar un tipus de vida diferent a l’estipulat era gairebé una quimera (com també es retrata en una de les seues obres més destacades, Quatre dones i el sol).

La meua experiència amb la paraula ‘recossirar’ m’implica, doncs, en una experiència personal viscuda a través de la lectura i la ficció teatrals que ens permeté escampar les llavors d’aquesta paraula nord-catalana en desús; i, amb ella, em lliga a la memòria dels habitants d’un territori que sabé resistir davant la duresa del seu passat recent.

‘Reconèixer, mirar atentament una cosa per comprovar el seu estat’.

‘Recercar, procurar insistentment trobar algú o alguna cosa’.

‘Adonar-se que una persona o cosa no hi és; trobar-la a mancar’.

‘Recordar-se, tenir consciència d’una cosa, pensar-hi’.

Aquests quatre significats que apareixen al diccionari sobre ‘recossirar’ sintetitzen bé l’experiència literària i vital que ens ha llegat Jordi Pere Cerdà. Una paraula que, en format i en esperit, és veïna d’enfront de l’aragonesa (i també de l’occità antic) ‘cos(s)irar’.

(Re)cossirem-nos nosaltres també, doncs.

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Si conocéis más historias y significados sobre esta expresión, o queréis compartir nuevas para alimentar esta almáciga, podéis hacerlo aquí.

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